lunes, agosto 20, 2012

Zavalita: gracias don Humberto!


1990: Sentado sobre el cemento frío, pintado de azul, al lado de la puerta de la sala de grabaciones, esta tenia una ventana pequeña polarizada, no podía ver lo que hacían dentro. Esperaba. Veía pasar entre la cabina de FM y el departamento de Programación Musical a gente apurada, iban, venían, ni me miraban, mucha tensión, caras medias largas, cada uno en su mundo. Yo esperando. Luego de un tiempo inimaginable me indican que puedo pasar a grabar mi "piloto", mi audición. Al entrar a la sala mi primera impresión fue casi como entrar a la cabina del piloto en un avión: mil aparatos, dos grabadoras de carrete abierto, 2 tornamesas, 3 cartucheras, cassetteras y al centro tremendo tanque: la consola principal de perillas redondas y botones cuadrados, con algunos foquitos quemados...al centro de todo eso, un diminuto señor lunarejo que me saluda amablemente, al cerrar esa pesada puerta ya el ambiente era otro...Zavalita irradiaba tranquilidad y confianza. Grabé mi piloto ligeramente mas tranquilo.

Ya al ingresar a trabajar en la radio, ver grabando a Zavala era todo un placer, recordemos que aún no se grababa en computadora...todos los reproductores de audio estaban listos para apretar play, vinilos, cd players, cartucheras, los locutores papel en mano en cabina y al centro de todo: Zavalita con los brazos estirados, listo para emprender ese vuelo fugaz que debería durar máximo 30 segundos...¡Cómo nos granputeaba cuando nos equivocábamos pasando los 25 segundos!!!, nosotros solo estallábamos de risa al ver como Zavalita tenia que recuadrar todo una vez mas, todo se grababa en una cinta de carrete abierto...creo que en su sala de grabaciones faltó el cartelito de "Prohibido equivocarse"...pobre Zavalin....nosotros luego de grabar dejábamos a Zavalita que haga su trabajo de cirujano: pasar lentamente la cinta por el cabezal y escuchar donde estaba el bache, lápiz blanco en mano, marcaba la cinta, la sacaba cual tripa de abdomen, la ponía en una base de metal con cuchilla y zas! Luego con una cinta adhesiva especial unía la cinta de audio, la volvía a poner en el carrete y listo: la prehistoria del "cute & paste". Trabajo re-laborioso en sí, que le consumía muchos minutos y que yo disfrutaba ver y aprender...Con ese cortar y pegar editó el famoso Mix Soda.

Humberto Zavala con Iván Márquez, modelo de amistad


Qué postulante a locutor no pasó por Zavalita?, creo que el 99% de aspirantes a Panamericana pasaron por él. No diré nombres, la lista sería muy larga, saca tu cuenta, creo que entró a la radio en 1964. Me contó muchas anécdotas a lo largo de su estadía...pero como nunca, el viernes 3 de agosto, un día antes de retirarse, jubilarse, conversamos mucho, de cómo entró a la radio, de esas conversaciones de despedida: "Estudiaba en el Melitón Carvajal, estaba en Lima viviendo en casa de una tía (es originario de La Libertad), el colegio está en Lince, cerca a Panamericana Televisión, y me moría por conocer a Regina Alcover, así que todos los días iba al canal para verla en algún momento". Un día cualquiera se encuentra con un señor de edad, blancón, que salía del canal con su portafolios a lo que Zavalita se ofrece a llevarle el maletín y el señor accede, conversan y le cae en gracia. La mecánica se repitió por unos días hasta que el señor le agarró confianza: por favor envíame este sobre al correo, esta carta a tal oficina, lleva este encargo a la Av Tacna: "No conocía, pero preguntando llegué. Un día tuve que devolverle un vuelto y me acerqué a la puerta del canal, el vigilante no me dejaba pasar, esperé horas hasta que salió el señor"; gracias por el encargo joven y usted, por qué no lo dejó pasar? - el vigilante solo atinó a decir, disculpe señor, no sabia que era a usted al que buscaban. El señor se retiró. Zavalita le pregunta al vigilante: y el señor que cargo tiene?. él es el dueño. Así, Zavalita se enteró que el famoso señor de quien ya se había ganado su confianza, se llamaba Genaro Delgado Brandt.

Don Genaro le dio trabajo en el canal. El administrador lo contrató, pero lo puso a trabajar en el sótano, que se encargue de la limpieza. Solo duró unos 4 días. Lo reubicaron para portería en el canal, pero no estaba conforme con el puesto, no podía pedir reubicación por que el señor Delgado estaba de viaje. Hasta que tuvo un altercado con un gerente patán que lo maltrató delante de todos. Zavalita, seguro de si mismo renunció en el acto. Mientras el Gerente patán redactaba el memorándum de llamada de atención/suspensión, Zavalita ya había ido a la notaria para que le redacten su carta de renuncia. Ganó por puesta de mano. Se regresó a Trujillo.

A los meses regresa a Lima y vuelve a buscar a Don Genaro. "Por qué te fuiste? - Me peleé con el gerente, me humilló delante de todos - Cómo le haces caso?, Bah, desde ahora no le hagas caso, sigue trabajando". Entró nuevamente. En el tercer piso del edificio del canal quedaban las instalaciones de la radio, salas gigantescas de grabación, aparatos llenos de foquitos, grabadoras de discos de acetato, etc...Chocó mas de una vez con Pepe Ludmir, quien era muy riguroso en el trabajo, pero Zavalita reconoce: Tuve mis buenos encontrones con Pepe, pero aprendí de él. Ya en esos primeros años conocí a Elvira, que era programadora de la radio, Celia, secretaria, Bosceta en contabilidad....nombres de peso para todo panamericanista. 

Francisco Gamarra, yo, Edmundo Javier Paredes, Mario Rafael Saavedra, Edgardo Canal, Michael Espiritu, Miguel Sanchez. Abajo: Humberto Zavala, Johnny Lopez, Luis Andres Bazan, Gina Parker, Glenda Montejo, Elmer Lamadrid

Me contó también cómo muchos trabajadores, sabiendo de la gran amistad que Zavalita tenia con don Genaro, querían que intercedan ante él. "Porfa Zavalita dile a Don Genaro que me muero por ser locutor, pero nadie me da la oportunidad, decía un operador". Ok graba tu piloto y se lo enseño a Don Genaro. "Qué te parece Zavalita?" ...sí, esta bueno, "Ok, que entre a programación"... Don Genaro confiaba ciegamente en Zavalita. Ese locutor llegó a convertirse en uno de los programadores radiales mas exitosos de la FM. 

Esa amistad con Don Genaro se cimentó mucho mas cuando Zavalita se convirtió en su compañero de viaje. Don Genaro, con unos amigos recorrerían parte de Sudamérica en su casa rodante. Zavalita como brazo derecho: Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil. Meses de viaje. Don Genaro dormía en la casa rodante, no le gustaba hospedarse en los hoteles. "Qué increíble, él en la calle y yo en los hoteles"...Don Genaro me decía que había empezado desde muy bajo: siendo gasfitero, vendiendo carbón, hasta que llegó a ser un gran broadcaster. Era muy humano: Muchas veces, en la época de las vacas flacas ponía hasta de su bolsillo para pagar la planilla. "Zavalita, que se organice un paseo con todos los trabajadores, y que vayan con sus esposas o novias, todo trabajador debe trabajar feliz, así produce".

Don Genaro se fue a sus cuarteles de invierno y dejó la posta a su hija Raquel. 

Con Zavalita hay muchas anécdotas...el estar casi siempre encerrado en esa sala lo hacia muchas veces desconocer a los artistas, o diferenciar quién era artista nuevo o ya consagrado. Recuerdo mucho la vez que en los 90s llegó Marc Anthony a Lima, se presentaba en la Feria del Hogar, y antes se dio su pase por la radio. Post entrevista, como es costumbre, el artista pasa a sala de grabaciones para dejar saludos o IDs: Marc grabó su primer saludo invitando a su concierto de esa noche, y como es habitual en Marc, habla en tono muy bajo, casi serio. La cara de incomodidad de Zavalita denotó mucho. Segundo saludo igual, tono bajo, tranquilo, a lo que Zavalita en one lo encaró: "Oye flaco levanta el volumen pues, ponte pilas!" A lo que Marc automáticamente se puso de pie y se retiró.

Cuantas veces borró accidentalmente algunos archivos, se le pasó alguna edición y así salía al aire, pero en fin, creo que sin esas cosas el trabajo habría sido aburrido, siempre había alguna novedad con Zavalita. Ya en la década del 90 se adaptó muy bien a la edición digital: Desde los primeros softwares hasta las multipistas, le costó pero lo hizo. A ver, alucina a alguien de casi 70 años editando en multipista..., mientras muchos a su edad solo se dedican a leer el periódico, él aun era productivo. Leyes de la vida.



Ya en el local de Paseo Parodi, su sala siempre fue "la sala de conversación", ironías de la vida, en la sala en donde tiene que haber absoluto silencio para poder trabajar tranquilo, todos los días se veía invadida por 2, 3 o más personas para conversar o hacer hora; a robarle linea telefónica o inclusive alguna persona lo utilizaba para dormir. Y ni hablar de su cabina en la calle Mariano Carranza, que otros la utilizaban para hacer alguna travesura con alguna chica. Allí estaba siempre Zavalita concentrado en lo suyo sin importarle muchas veces la bulla que había a su alrededor. Yo en su lugar hubiera pedido silencio y que nadie me joda. Zavalita nunca lo hizo. 

Ya se fue a los cuarteles de invierno. Mas de 48 años entregados a la radio. Mas que una vida. Oportunidades para irse a otro lugar mejor, las tuvo, como muchos, pero él prefirió seguir siendo fiel a la memoria de su gran amigo Don Genaro, por más que nadie se imagine todas las historias que haya pasado con el viejo, por más que sepa mas secretos que los que pueda imaginar su propia descendencia, por mas que su sueldo haya sido uno de los mas inimaginables por su nimiedad. Por mas que los nuevos ignoren su historia y no lo hayan tratado con el respeto que se merecía. Por todo eso, él soportó, recordando siempre a su amigo Don Genaro. Eso es alta fidelidad.  

Hace unos días tuvimos una cena con él, nos reunimos todos aquellos que en algún momento pasamos por su cabina, muy emocionado, todos juntos, con saludos desde el extranjero de Cesar Abril y Javier Lishner. Recibió el abrazo de todos, y eso vale. 

Gracias Zavalita por haberlo conocido. Disfrute de su libertad haciendo lo que le venga en gana. Disfrute, disfrute, disfrute...

De hecho todos los que pasamos por Radio Panamericana tenemos alguna anécdota con él. Todos. Cuál es la tuya?