Rubén Blades: Viejo lobo!

Hay discos que te marcan. Y, en los ochentas, cuando me negaba a aceptar que la salsa me pueda gustar, ya mi subconsciente gozaba con “Buscando América”, el icono discográfico del panameño…y bueno, es que hay salsas y “salsas”…sobre todo a finales de los ochentas, cuando el Perú (y el continente) se comenzaban a llenar de “salsa monga” o salsa sensual, Blades sobresalía con su salsa inteligente y musical. Conseguí, empezando los 90s, el disco “Rubén Blades y Son del solar…Live!” y lo acepté: Me gusta esta música caraxo! Que buena era!...Dos años antes, Blades había coqueteado con el pop-rock, y lo hizo decentemente. Este tipo es completo.

Para 1992, conmemorando los famosos 500 años de Conquista, editaría “Amor y Control”…y desde allí me hice fanático incondicional. Discazo. Averigüé toda su discografía y mas feliz descubría joyas…

Para el 2003, Radio Panamericana cumplía 50 años, y la mejor manera de celebrarlo era presentando a Blades, luego de 17 años de ausencia en Perú. La campaña promocional me encantó, desde actualizar temas viejos, programar al aire canciones que antes los programadores decían que “nadie las conocía”, “que eran muy duras” o seguramente que “ellos” no conocían como “Plástico”, “El Padre Antonio…” o “Tiburón”…sonaban al aire diariamente, pegadas con promociones, expectativas y todo el bolondrón para poder recibirlo como se merecía. Y vaya que la campaña funcionó. La Videna de San Luis se llenó por completo. Y claro que hay diferencias del show que ofreció en la Explanada, con el del 2003:

En el 2003, uno de los momentos memorables fue cuando Blades recién aparecía en tarima. Las 15 mil personas no paraban de gritar, de ovacionarlo…podías dejarte amilanar con el sonido que llegaban desde las tribunas, desde la izquierda o por detrás, una ovación ensordecedora, emocionante, que escarapelaba el cuerpo, barras, coros, de gente que lo veía por primera vez, que querían demostrarle ese afecto reprimido por años. Y, eso no se vió en el concierto de la Explanada. Que hubo fans, de hecho. Pero muchos sapos, “pecho frios” y pitucos que solo conocen un par de canciones y pueden pagar su entrada de casi 200 dólares para estar adelante, y estar el resto del concierto conversando o esperando el hit.



Otra diferencia, es que los músicos esta vez eran los pesos pesados, los monstruos, los viejos lobos, los bravos: Oscar Hernández, Eddie Montalvo, Ralph Irizarry, Robby Ameen, Mike Viñas, Arturo Ortíz (hijo del sr y la sra Ortiz), Richie Marrero…La vez pasada era Editus la agrupación que lo acompañaba, y si bien no son malos músicos, no podía decirse que eran salseros natos. Editus había hecho con Blades esos buenos discos de World Music, pero quizás les faltaba el “sabor” por las venas.

Por cuestiones personales, pensé que llegaría tarde al show, pero llegué con las justas…9.20 de la noche empezaba con “El Padre Antonio…”, y así durante 3 horas de show. Tres horas, ya que cada canción de Blades suelen durar aproximadamente 6 o 7 minutos…Agradezco a Dios que haya venido con Richie Marrero en vibráfono, que es diferente al xilófono, pues ésta tiene las laminas de aluminio y no de madera (y no haya sido un efecto sintetizado) instrumento que le da ese toque tan especial a la música de Blades. El set list es harto conocido, Blades no se puede tomar licencias en tocar alguna rebuscadita o experimental. Jamás. Es un show masivo, para las mayorías, pura carne y nada de hueso. Es por eso que este set list fue casi el mismo que presento hace 6 años en La Videna. No puede variar. Lo colgarían.



Tres pantallas de LEDs daban vida dentro del escenario, el cual lucía imponente para tremendos monstruos. Como debía ser. Con niveles, escaleras, bien distribuidos y ordenados. Otras dos pantallas fuera, para las tomas de rigor.

“Buscando Guayaba” se la dedicaría a Luis Delgado Aparicio “Saravá”, nuestro querido amigo, musicólogo, locutor, salsólogo y amante de la buena música. (Sus inclinaciones políticas son otra historia, que no comparto y no tienen nada que ver con esta crónica). Eso si, muchas veces durante el show, a Rubén se le escaparían algunos gallitos, pero en fin, eso no importa.

Foto: Michael Espiritu

El show se lo dedicaría mas de una vez a nuestro amado Arturo “Zambo” Cavero, fallecido recientemente. Otro coloso de la música. Lo que me agrada mucho de Blades es que habla bastante entre canción y canción, te la explica, te la detalla, cuándo la compuso, en que consiste. Te la pone en bandeja.

“Para todas las personas que aun usan esos zapatos con plataforma o tacos altos, para esos que aun usan esas camisas con cuello en punta…música disco”… para la intro de Plástico, mientras que en las pantallas podías ver las infaltables bolas de espejitos. Esta vez dorada. (Me hizo recordar al Lemon de U2 jajaja). En Ligia Elena, no pudo dejar de mencionar a Obama y proyectarlo en las LEDs co su trompeta en mano. Para esa canción contó con el apoyo de Walter Flores en la flauta. El es uno de sus mas recientes músicos de apoyo para sus nuevas producciones.

Para “Juan Pachanga” aclaró que originalmente él no la iba a grabar, pues solo la compuso. Jhonny Pacheco le pidió que solo ponga la voz como una guía, pero al final la voz se quedó. Uno de los momentos más altos del show. La interpretación de este tema fue magistral, perfecta. Donde te das cuenta que la salsa sensual es una basura y quizás sea la culpable del mal momento que el género pasa en la actualidad.



Luego cogería la guitarra y contaría que el suele ser mal ejecutor de la misma, es mas, aclaró que muchas veces él entrega las maquetas de sus composiciones a sus músicos (Oscar Hernández, Mike Viñas o Richie Marrero), para que las armen, los cuales tienen hartos cassettes suyos con demos, y comenzó a interpretar en versión acústica la historia de “Adán García”.

Para “Todos vuelven” se lanzó con una larga explicación, agradecimiento e ilustración del tema, el cual dedicó al Alianza Lima y nuevamente al Zambo Cavero . Otro momento alto del show. Al final las LEDs reflejarían las imágenes de Cesar Miró, compositor del tema, y del Zambo Cavero. En “Patria” veríamos con orgullo como flameaba digitalmente nuestra bicolor.



Para el bis regresaría con la camiseta del Alianza Lima debajo del saco, y éste se lo abrió tipo Superman, recibiendo la algarabía del 50% mas uno, recordando que en el 2003 se hizo socio honorario del club del pueblo. La pegaría con su infaltable “Pedro Navaja”, cuyo intro no me gustó. La hizo diferente. Pero cuan harto ha de estar Rubén de tocarla siempre desde hace mas de 30 años…

Tal como lo dije, el set list no trajo sorpresas, era previsible. Muy bueno. Pero hay un tema que fue muy exitoso acá en nuestro país y no lo interpretó ni en 2003 ni esta vez: “Yo puedo vivir del amor”. Alguien debería de haberle dicho, ya sea su gente de producción o los empresarios que lo trajeron, que el fin del concierto hubiera sido ideal y perfecto con esa canción y no con el trillado “Muevete” de los Van Van, que acá no fue nunca tanto.

Antes de irse, prometió regresar pronto, quizás con otros músicos, pero para una presentación gratuita, para todas aquellas personas que no pudieron ir por el precio carísimo de las entradas.

Gracias Rubén, se te quiere.



Set list:

Caminos verdes (en instrumental)
El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés
Cuentas del alma
Amor y Control
Decisiones
Buscando Guayaba
Plantación adentro
Pablo Pueblo
Plástico
Ligia Elena
Juan Pachanga
Maestra Vida
Caminando
Adán García
Ojos de perro azul
Todos vuelven
Patria
Buscando América
Bis
Pedro Navaja
Te andan buscando
Muévete

Foto: Michael Espíritu




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