Debo admitir el mea culpa de haberte abandonado blogcito bello, pero nunca es tarde para apapacharte otra vez, y bueno, aqui comentaré lo que fue el concierto de Depeche Mode en Lima el pasado 18 de marzo...
El mejor frontman después de Freddie Mercury? Posiblemente. Dave Gahan a sus 55 años, después de haber pasado por todo tipo de baches en su vida, demuestra en el escenario lo que es la entrega total: contorsiones, movimiento de caderas, aplausos para mover al público, gritos, arengas, dar vueltas como trompo, jugar con el pedestal, y mil encantos que lo mantienen sudando a chorros desde que ingresa al escenario.
Martin L Gore, haciendo lo suyo y ganándose el cariño siempre por ser el cerebro compositor y multinstrumentista. Mientras que a Fletcher cada día lo odio más.
Siempre se tiende a comparar shows, y creo q eso es inevitable. Y es lo que haré, ya que en muchos puntos me quedo con el que hicieron en 2009, desde el opening por ejemplo, aquella vez lo hicieron con “In Chains” mientras que las imágenes que proyectaron fueron las de un niño y un anciano que se iban transmutando. Para esta vez el opening se podía ver el par de botas marchando, manteniendo la temática que presentan en este nuevo álbum con el asunto de la revolución. "Going Backewards" sonaba mientras una gran imagen multicolor era proyectada en la pantalla principal, mientras Gahan caminaba delante de ella, mismo Bono en la gira Zoo TV.
El empalme fue demoledor: "Its no good" hizo despertar al estadio, mientras que las imágenes proyectadas del mismo show en blanco y negro eran inmejorables.
Un buen setlist para las “masas”. Viejos clásicos, y solo algunas del nuevo disco, incluyendo la genial “Cover me” mientras el clip completo era proyectado.
No me gustó que algunos de estos clásicos hayan sido presentados en sus nuevas versiones, las que se hicieron para su último disco de remixes, como por ejemplo “A Paint that I’m used to” cuyo intro es una genialidad, pero el bajo se hace cansino. Lo mismo sucedió con Everything, Enjoy y Walking...
Precious creo que agarró a la gente desprevenida, pues el recinto no se convirtió en el templo que debió haber sido.
No sé si felizmente, pero las versiones de “Enjoy the Silence” y “Never let me down again” fueron “cortas”, por decirlo. Ya que enjoy suele durar como 8 minutos y llega a aburrir. Mientras que para Never, es siempre contagiante y maravilloso ver a todo un estadio agitar los brazos.
Esta vez para Enjoy proyectaban figuras de animales: becerros, cerdos, conejos, perros. Inmóviles. Prefiero mil veces las imágenes de la gira anterior: chicos semidesnudos, enredados, contorsionados y encerrados.
Al igual que para “Walking in my shoes” esta vez el clip de fondo contaba la historia de un dragqueen. Muy inferior a la versión de 2009, esa del cuervo: inolvidable.
Para el set de Martin L Gore, mientras hacía sus acústicas, la gente aprovechaba para los selfies, o conversar gritando qué tal les iba en la vida, qué cagada. Una falta de respeto.
Odie a los vendedores de cerveza, esta vez hubo el triple de lo que siempre suele haber, se te cruzaban a cada rato, pisándote, golpeando cabezas con sus maderas, ofreciendo sus productos mismos ambulantes de mercado mientras uno trata de apreciar el show.
No quise que esas cosas me maten el concierto, hice lo posible por disfrutar a pesar de todo.
Y sí que lo disfruté, es impresionante ver a tus ídolos tal cual los has visto en cientos de vídeos a lo largo de tu vida...
Y el sonido: impecable.
Enjoy the music
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